En una cacerola mediana, hierve los pedazos de calabaza. La calabaza estará lista cuando entierres un tenedor y la sientas bien blanda.
Escurre bien la calabaza antes de pelarla y deja enfriar un poco.
Con un cuchillo de mesa le quitas la cáscara.
Con un tenedor maja los pedazos al sacarle la cáscara.
Pasa todo a un bol grande y con bastante papel toalla, presiona la calabaza majada para que absorba la mayor cantidad de agua posible.
Vuelve a majar la calabaza para asegurarte de que está bien majada.
Añade el resto de los ingredientes al bol y mezcla bien.
Calienta el aceite de freir cuando estés list@ para comerlas.
Fríe en bastante aceite a temperatura media- media alta.
Cuando se comiencen a inflar, baja la tortita inflada con la espátula u otro utensilio, hasta que se desinfle. Si observas bien la foto (arriba) verás que las tortitas tienen unas marcas (rayas) por el centro. Es por esta razón.
Cuando estén doradas, pasa sobre papel toalla y espolvorea con azúcar en polvo (y/o canela si gustas).
Notas
* aproximadamente 2-3 libras de calabaza fresca Si usas calabaza enlatada, debes añadir un poco más de azúcar.